Es una novela fantástica y romántica, ambas cosas en justa
medida (Hay quien la cataloga de épica, pero nosotras no estamos de acuerdo en
eso). Narrada con el estilo habitual de Laura Gallego, directo, simple, rápido,
y en este caso más emotivo y suave.
La novela como tal, nos dejó algo desconcertadas. Tal vez
debido a que el peso de la misma cae en el personaje femenino y protagónico y
es así hasta el final. El resto de los personajes pululan a su alrededor sin
tomar ninguno una posición tan importante como la de Viana, incluso Uri, que
termina siendo nuestro personaje favorito, nos pareció algo flojo. Con certeza
Uri podría haber aportado muchísimo a la novela desde su faceta mágica.
Nos pareció en tramos del texto que faltaban detalles, en
otros nos sobraban; también nos pareció que el lenguaje era demasiado
distendido para la época ambientada (Ojo, no esperábamos el lenguaje del
Quijote, pero sí un poco más trabajado), por lo demás es una novela de fácil
lectura, entretenida y tiene una de las mejores portadas que han acompañado a
los libros de la autora. Realmente, dan ganas de leer la portada. ¡Ah! No nos
ha parecido bien que en un libro que proclama el amor a la naturaleza existan
tantas paginas perdidas, que ya hemos dicho las ilustraciones de la portada son
estupendas, pero las paginas del inicio del libro están de más, y cada uno de
los inicios de capítulos con los arabescos esos, no nos gusta. Un libro se
sostiene por su historia no por los abalorios que puedan colgar más allá de
ella.
Pero, la recomendamos igualmente. ¡Nos vemos en otra lectoaventura!